Los jóvenes, al menos gran parte de ellos, ya no son lo que eran. Transcurren sus vidas en un mundo que los adultos con frecuencia no comprenden. La escuela media se enfrenta día a día con un escenario para el que no esta preparada: el surgimiento de formas juveniles cada vez mas variadas y complejas, inmensas en un mundo tecnológico que les resulta "natural".
La clave esta en que la escuela incorpore los elementos centrales de la cultura juvenil y que, al mismo tiempo que cumple con los objetivos respecto de los aprendizajes, comience con las preguntas de los propios chicos.
Los saberes y los medios:
A los adultos les resulta mas difícil procesar este cambio cultural, la supremacía de los saberes entre la escuela y los massmediçatico, pelea en que la escuela parece decididamente ponerse en el lugar de la derrota. No se trata tanto de la competencia entra la escuela y los aparatos, sino de la escuela frente a la massmediatización de la cultura, en todos los ordenes.
En cuanto a los jóvenes, muchas cosas se han modificado, los adolescentes de hoy construyen su identidad mas tempranamente y lo hacen ya no desde un lugar especifico como sucedía antes con la familia y la escuela, sino en una secuencia de lugares. El mercado de consumo, los medios de comunicación y en particular, para muchos jóvenes la calle, son lugares de socialización y de creación de identidad. A esto se suma la modificación de las instituciones mas tradicionales. Por un lado, hay diferentes tipos de familias (ensambladas, de padres divorciados, monoparentales) y las relaciones de poder entre el varón y la mujer han cambiado: La mujer sale a trabajar y el hombre no es ni dueño ni proveedor de la verdad- Por el otro lado, estos cambios influyen en la escuela, donde la autoridad ya no es algo que se baja verticalmente sino que se gana y se construye.
Es importante que la escuela deje de actuar y ver a los adolescentes como si fueran un todo homogéneo. La escuela como institución es una identidad social que ha surgido con la finalidad de normalizar conductas y, en ese sentido, siempre ha habido una distancia entre la espontaneidad del ser juvenil y el deber de la escuela. La generalización de los jóvenes es una simplificación del problema, porque hay realidades distintas según sectores sociales y ámbitos territoriales.
El maestro tiene que conocer al alumno real, su lenguaje, sus gustos, sus preferencias, su estética. Es necesario hacer de la escuela una institución amigable, pero no nos confundamos, el aprendizaje es esfuerzo, trabajo y dedicación. Este esfuerzo sera provechoso en la medida que se pueda motivar y hacer que los adolescentes accedan a aprendizajes a través de temas y problemas pertinentes a una formación que los habilite de verdad para poder insertarse en una sociedad cada vez mas compleja y competitiva.
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